lunes, 23 de agosto de 2010

Miércoles, 16 de agosto de 2010.


¡Buenos días Madrid! Al despertar, una mirada cómplice entre el Flaco y yo, con nuestros puños cerrados y el dedo pulgar apuntando al cielo, un gran beso y la sensación profunda de que todo va a salir bien. Hoy sólo están permitidas las palabras “disminución”, “buena respuesta” y “trasplante de médula”. Dios está de mi lado acompañándome en esta dura batalla, puedo sentirlo.

Estoy en paz, mi cuerpo responde cada día mejor, sino fuera por la lengua me encontraría bien del todo, pero no es tiempo para quejas. El tic tac del reloj sigue avanzando y una gran prueba merece una gran respuesta. Y así será.

Todos en pie y a pesar de estar en ayunas para el PET-TAC, no lo llevo mal, ya habrá tiempo para desayunar.

Al salir de casa formamos una rueda de energía entrelazando nuestros brazos, cuánta paz aportan los seres queridos. Todo va a salir bien, mi mente, mi cuerpo, mi alma y Dios me lo han hecho sentir en sueños.

Escucho mi cuerpo, los latidos del corazón son la banda sonora que me guía y a pesar de las taquicardias, sé que la respiración me relaja.

Mi mente viaja mientras avanzamos hacia el hospital. La candidiasis me impide hablar, ni falta que me hace estoy en paz.

Son las 10 de la mañana, la prueba va a empezar, uno y dos pinchazos para poder la vía, esta vez en la mano derecha, un largo interrogatorio y a la sala de aislamiento a colocarse la bata. La tranquilidad me hace caer en un sueño profundo que se interrumpe al caer la jeringuilla con la que me van a pinchar. Enseguida llega el enfermero a ponérmela. A partir de ahora a esperar 50 minutos más, tic, tac, tac.

“Es muy importante que no te muevas durante la prueba” ¿Cuántas veces habré escuchado la misma pregunta? Me tumbo sobre la placa del escáner con los brazos levantados cubriéndome la cabeza por los dos lados y con la mente puesta en una tumbona de playa. Disminución, paz, luz, amor vida, familia, Dios danzan en mis pensamientos mientras espero con los ojos cerrados y a veces abiertos. Media hora más tarde despierto. Se ha terminado la prueba y tengo un buen presentimiento ¡Todo va a salir bien!

Desde el cielo otra gran sorpresa, aterriza mi padre desde México, nada puede empañar un día tan perfecto, la familia Rodríguez está al completo, Madrid ya nunca será la misma ciudad.

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