viernes, 16 de julio de 2010

Domingo, 11 de julio de 2010.


Cuando por fin consigo dormir, una enfermera me llama casi susurrando por mi nombre para despertarme. Abro los ojos, la veo allí al lado de mi cama, me toma la tensión y en seguida se vuelve a machar. Hago el intento de volver a quedarme dormida y lo consigo hasta las nueve de la mañana. Otro día más sin dormir en condiciones.

Las auxiliares me traen el desayuno del cual no pruebo ni una triste galleta por la dieta especial que estoy siguiendo desde hace un mes y medio. Sobre las 11.30 de la mañana un celador pasa a recogerme a la cama para subirme a planta, antes recibo la visita de una doctora rellenita que se ocupa de auscultarme para comprobar mi estado de salud.

Una vez en la planta llegan mi madre y el Flaco a hacerme compañía. Vienen con una dotación de comida decente y todo tipo de entretenimiento para pasar el tiempo que dure mi ingreso. Si la analítica está bien, mañana empezarían a darme el próximo ciclo de quimioterapia.

Una visita inesperada de mi oncóloga Miriam nos pilló por sorpresa por la tarde noche. Con una risa picaresca me pregunta qué ha pasado esta vez. Lo vuelvo a explicar todo, esta vez intentando ser lo más detallada posible, ya que ella es la que se encarga en gran parte de mi caso. La situación no es tan mala como pensaba, habrá que replantearse ciertas decisiones debido a que la enfermedad ha vuelvo a desarrollarse. Le da la razón al Flaco en cuanto a que puede haber crecido debido a los cinco días de retraso. En principio, recibiré el mismo tratamiento de estos dos últimos ciclos y a posteriori me realizarán otras pruebas para comprobar que siga funcionando.

El viernes pasado los hematólogos se reunieron para repasar mi caso y decidir cuántos ciclos más de quimioterapia son necesarios para empezar con los preparativos para el trasplante de médula. Pero en vista de que la enfermedad ha vuelto a crecer, un par de ciclos más serán casi obligados. Se está llegando barajar la posibilidad de hacer el trasplante con una respuesta casi completa a diferencia de lo que se habían planteado antes de quedar completamente limpia de células cancerígenas. La decisión dependerá de los hematólogos y de si creen conveniente que me sigan dando más quimioterapia, sobre todo por la toxicidad Evidentemente, al no estar en remisión el trasplante entraña más riesgos, pero no puede dejar de contemplarse dada la resistencia de la enfermedad.

La analítica está bien así que mañana me pondrán el tercer ciclo de quimioterapia de este tratamiento. Según mi oncóloga Miriam, incluso la doctora que me atendió por última vez en Urgencias se sorprendió de ver lo bien que habían remontado las defensas, tanto que por un momento se preocupó pensando que podía haber algún tipo de infección, ya que estaba por encima de los niveles normales de glóbulos blancos. Recordé entonces que mientras me exploraba que me preguntó cuándo había sido la última vez que había recibido la dosis de Neupogen, le comenté que ese mismo día y comprendió el porqué de la subida tan drástica.

Los corticoides seguirán dándomelos sólo en el caso de que sean estrictamente necesarios dado que me están creando dependencia no sólo física sino psicológica, además de que aumentan el nivel de glucosa en sangre. Los signos evidentes de todo esto ya saltan a la vista como la cara hinchada, los cambios de humor, la joroba, etc. Todo esto vino a raíz de que el Flaco preguntase si hubiera sido conveniente que siguiera tomando corticoides los días que retrasaron para darme el siguiente ciclo de quimioterapia.

Charlamos todos durante un largo rato en espera del partido de la final de fútbol que se jugó entre las selecciones de España y Holanda. Sobra decir a qué equipo apoyamos. Sufrimos durante todo el partido y nos emocionamos con el gol de Iniesta que le dio una victoria merecida a España. Nos abrazamos y nos besamos de la alegría, después de pasar momentos de tensión y nervios en la prórroga cuando al fin llegó la recompensa. En los pasillos de la planta de oncología al fin se escuchaban gritos, pero esta vez no de dolor, sino de júbilo por el triunfo de la furia roja. Por una vez, una planta poco acostumbrada a las buenas noticias había conseguido olvidarse momentáneamente de los dolores, las preocupaciones, la angustia y el nerviosismo para dar paso a unos minutos de felicidad que en situaciones como la nuestra son de gran ayuda.

Aunque esta semana no fui la única a la que le tíocó visitar Urgencias. El Flaco tuvo que volver por segunda vez hasta Puerta de Hierro, que ya es como un segundo hogar, por un fuerte dolor en el hueso de la pierna derecha que no le permitía moverse. Entre unas cosas y otras tuvo que esperar 7 horas hasta ser dado nuevamente de alta. Durante su estancia en el hospital le colocaron un calmante por vía intravenosa y después le realizaron unas radiografías para dar con el problema que le estaba causando los dolores. Al final le recomendaron reposo y paracetamol de un gramo. Insistieron en que no volviese a trabajar sin haber descansado lo suficiente dado que podía complicarse más de la cuenta si finalmente pilla el nervio ciático.

De momento, tiene hasta el sábado de baja, pero todo dependerá de lo que le digan este jueves los médicos.

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